Naturalización
Si tiene más de 18 años y quiere convertirse en ciudadano estadounidense, probablemente tendrá que pasar por el proceso de naturalización. Para calificar para este proceso, debe cumplir una de las siguientes circunstancias para solicitar y obtener la ciudadanía estadounidense:
- Tiene residencia permanente en los Estados Unidos (también conocida como «Tarjeta Verde» o “Green Card”) y ha vivido en Estados Unidos durante cinco años.
- Tiene asilo y ha vivido en Estados Unidos por cuatro años.
- Usted es el cónyuge de un ciudadano estadounidense y ha vivido en el país al menos tres años.
- Usted es residente permanente, ha servido en el ejército de Estados Unidos y ha estado en el país durante tres años.
Tenga en cuenta que existen otros medios para convertirse en ciudadano/a estadounidense a través de los padres. Si usted es hijo/a nacido/a en el extranjero de un ciudadano/a estadounidense que vivió en EE.UU. por determinado tiempo y es menor de 18 años, llámenos para aplicar por su Certificado de Ciudadanía.
Si califica para el proceso de naturalización o ciudadanía, tendrá que demostrar una comprensión sólida del sistema de gobierno de EE.UU. y su historia. También tiene que demostrar capacidad para hablar, leer y escribir en inglés y deberá demostrar un buen carácter moral y una disposición favorable hacia Estados Unidos.
Cuando se convierta en ciudadano de EE.UU., tendrá la libertad de viajar libremente a otros países sin límite de tiempo, la capacidad de patrocinar a otros familiares que viven en el extranjero para que vengan a EE.UU. y la posibilidad de votar en las elecciones. Los ciudadanos también tienen la libertad de buscar más oportunidades de trabajo.
Sin embargo, el camino hacia la ciudadanía puede ser largo y difícil. En la firma de abogados Fogle, lo ayudamos con la solicitud de naturalización y le brindamos una preparación efectiva para el proceso de entrevista y el examen cívico. También lo ayudamos a aclarar sus antecedentes penales con USCIS (por sus siglas en inglés) para evitar una negación basada en el requisito de buen carácter moral.